TU VIDA ES VALIOSA, AL IGUAL QUE EL TRABAJO QUE ELIGES

TU VIDA ES VALIOSA, AL IGUAL QUE EL TRABAJO QUE ELIGES

Hay muchos momentos en nuestra vida que nos llevan a tomar decisiones importantes sobre nuestra carrera profesional, pero ninguno será tan relevante como aquel en el que empezamos a salir de nuestro caparazón familiar y decidimos cuál será nuestro camino inicial.
Generalmente, esta elección se toma al final del ciclo educativo que aún hoy consideramos obligatorio, tras obtener el diploma de educación secundaria o al terminar los estudios universitarios.
El camino que elegimos suele estar en consonancia con estos recorridos educativos, salvo que existan necesidades distintas que trascienden el crecimiento académico y surgen de situaciones de necesidad real. Sin embargo, estas situaciones no pueden resumirse en un artículo corto como el que tienes delante, porque cada uno de nosotros entra en el mundo laboral simplemente dando los pasos necesarios para hacerse mayor.
Unir pasión y profesión
Si has explorado detenidamente nuestro portal, te habrás dado cuenta de que una de las palabras que más aparecen en nuestros artículos es "pasión".
¿Qué hay más importante que la pasión si queremos dar un significado más profundo a la frase de Confucio que leíste al principio, más allá de la simple razón por la que todos empezamos a trabajar, es decir, el dinero?
Es evidente que la frase de Confucio perdería todo su sentido si el filósofo chino, que vivió hace 2.500 años, se hubiera referido al simple dinero. En cambio, nos dejó un pensamiento que hoy, más que nunca, tiene una actualidad abrumadora.
Confucio no conocía a los crupieres de póker, aunque en su época ya existían figuras dedicadas a la diversión de los demás, como en el juego del Go, que algunos de ustedes seguramente habrán encontrado en algún momento de sus vidas.
Sin embargo, cuando hablamos de "hacer que otros se diviertan", hay algunos puntos que debemos aclarar.
Somos parte del juego, nos divertimos como los jugadores
Ejercer una profesión que aprendemos a amar desde el primer momento implica un ejercicio personal profundamente ligado al juego.
Si elegimos un trabajo en el que los demás se divierten y hay profesionales que les permiten hacerlo, eso no significa que estos profesionales no sean parte integral del juego. De hecho, lo son aún más.
Quien escribe estas líneas ha hecho del entretenimiento ajeno su trabajo, comprendiendo que nunca podrá prescindir de él mientras alguien le pague por hacerlo.
Comentar una mesa final de póker significa organizar una serie de conocimientos, una tarea que ya me gustaba cuando era niño, cuando tiraba un montón de rotuladores de colores en la alfombra, donde el azul representaba a Italia. Y si Italia quedaba en último lugar, el comentarista que estás leyendo ahora se emocionaba con gritos exagerados que despertaban a mi abuela, que en ese momento intentaba dormir.
Y si quieres ser croupier…
Tomemos como referencia la figura del croupier, o, si queremos ampliar el concepto, la del dealer.
Si eres jugador, ya sea ocasional o habitual, sabes perfectamente qué papel tiene un croupier: permite que otros seres humanos, exactamente como él/ella y como tú, practiquen su pasión por el juego a través de otra pasión, la de disfrutar juntos, compartiendo risas y momentos de alegría que surgen de un determinado juego.
Este tipo de elección rara vez se hace por la mera necesidad de poner comida en la mesa, ya que hay trabajos mucho menos exigentes para lograr ese propósito. Sin embargo, el deseo de estar rodeado de gente, escuchar las historias de los jugadores y compartir descansos con los compañeros, que muchas veces se convierten en verdaderos amigos, son aspectos de este trabajo que van mucho más allá del salario acordado.
No estamos en Taormina: primero el dinero, luego la diversión
Antes de que alguien grite escándalo, dejemos algo claro: la profesionalidad de un operador en las mesas de juego está por encima de todo. Por lo tanto, cualquier prestación profesional debe tener su correspondiente compensación económica, que nunca debe ser inferior a lo pactado en el momento de la contratación o el acuerdo entre las partes.
Esto debe ser bien evaluado tanto por el trabajador como por quien ofrece el entretenimiento. Es una ley escrita y, en segundo lugar, una norma ética. Sin embargo, el punto clave de nuestro discurso es que este trabajo, si te gusta, te gustará toda la vida.
O al menos, eso es lo que ocurre en la mayoría de los casos.
Si disfrutas de esta profesión, te levantarás con una sonrisa, preguntarás a quien hizo el turno de cierre (a veces ni siquiera existirán turnos de cierre, porque los casinos nunca cierran) cómo terminó esa sesión en la que el jugador del asiento 7 comía comida basura en la mesa, o irás a comer con tus compañeros antes de empezar el turno de la noche.
No, por supuesto, no todo será perfecto. Siempre habrá un compañero que no te caiga bien, alguien que se queje por todo.
Pero perdónalo. Aún no ha entendido que este es uno de los trabajos más bonitos del mundo. Ayúdalo a cambiar de opinión y sé el primero en crear el ambiente de trabajo perfecto.

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